El liquid retail es un espacio fluido donde las líneas se difuminan entre el delivery, e-commerce, m-commerce, social e-commerce, ventas a domicilio y fuera de casa.

Antes de la pandemia se observaba el crecimiento en la venta omnicanal, pero en los últimos dos años, esto se ha acelerado.

En el 2019 digital era necesario para mercadear productos y servicios pero opcional para vender. En el 2022 el retail dejó de tener alcance local para extenderse hasta donde pueda llegar el delivery.

Estos espacios fluidos y el cambio en los hábitos de consumo, obligan a las marcas a facilitar los procesos de compra de producto o contratación de servicios.

Las marcas B2C cuentan con más canales digitales que aportan oportunidades nuevas de contacto y las marcas B2B con canales digitales para mejorar las alianzas comerciales y de distribución.

Es necesario predecir y actuar a corto plazo partiendo del análisis de datos actualizados y propios en vez de irnos a datos o investigaciones históricas para predecir las necesidades de nuestros clientes.

El pensamiento omnicanal no es opcional y es necesario actuar desde las emociones del cliente ante el contexto.